26/9/07

Sueños, ranas y Premios Nobel

El sueño de Otto Loewi
Otto Loewi nació en Alemania. Estudió medicina presionado por las circunstancias. Se trasladó luego a Graz, Austria, pero la hostilidad del nazismo lo desplazó a EEUU, país que lo cobijó desde lo personal y lo académico, convirtiéndose en su verdadero hogar. Soñó el experimento que lo llevó a desarrollar un conocimiento fundante dentro de la medicina y que luego lo haría acreedor del Premio Nobel , en 1936, conjuntamente con Sir. Henry Hallett Dale.

En 1921 Otto Loewi brinda la primera prueba experimental de la mediación química en la transmisión del impulso eléctrico de una neurona a un órgano efector.
En 1926 ofrece pruebas experimentales que identificaron a esta sustancia como acetilcolina.

Alemania - Austria - EEUU

Otto Loewi nació en Frankfurt el 3 de junio de 1873. Estudió medicina en Estrasburgo donde se especializó en la investigación farmacológica. Luego de pasar por distintos centros de investigación, en el año 1909 es convocado para establecerse en la Universidad de Graz.
El Dr Loewi centró su atención en la transmisión del impulso nervioso introduciendo un escueto documento "Über humorale Übertragbarkeit der Herznervenwirkung" (Transmisión humoral en la acción de los nervios cardíacos), que demostraría que la liberación de sustancias químicas era la responsable de la transmisión del impulso nervioso en el corazón, situación fundamental en la farmacoterapia moderna.
Por su trabajo el Prof. Loewi fue distinguido con el Premio Nobel de Fisiología y Medicina en 1936, Premio que compartió con Sir Henry Dale.
Exiliado durante el gobierno Nazi, se estableció en los Estados Unidos como Profesor e Investigador en Farmacología en la Universidad de Nueva York.
En 1941 obtiene la ciudadanía de ese país donde residió hasta su muerte, el 25 de Diciembre de 1961.Rp./

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"La noche anterior al Domingo de Pascua de ese año desperté, encendí la luz, y apunté algunas notas sobre un minúsculo anotador, para dormirme nuevamente. Al despertar, a las seis de la mañana repasé las notas, pero no podía descifrar los garrapatos. La noche siguiente, a las tres, la idea volvió.
Era el diseño de un experimento para determinar si la hipótesis de la transmisión química que había pronunciado hacía ya diecisiete años atrás era correcta.
Me levanté inmediatamente, fui al laboratorio, y realicé un experimento simple en un corazón de rana, según el diseño nocturnal. " [... ] "



"Estos resultados probaron en forma inequívoca que los nervios no influencian el corazón directamente sino que liberan sustancias químicas específicas en las terminales, las cuales causan las modificaciones bien conocidas de estímulo de la función del corazón".

(An Autobiographic Sketch, Univ. of Chicago Press, 1960)

El experimento: sus elementos

Se montaron dos corazones de rana aislados.

Uno de los corazones conservaba una inervación vagal y estaba conectado a un electroestimulador, el otro estaba denervado.

Los corazones, que latían espontáneamente, estaban dispuestos en serie e intercomunicados entre sí por un líquido nutricio que irrigaba ambas estructuras.

Este sistema de perfusión bañaba constantemente el corazón inervado (dador) y era vehiculizado por un sistema de tubuladuras hacia un segundo corazón no inervado, que se comportaba como aceptor.

25/9/07

El experimento: en qué consiste



1. La estimulación eléctrica de las fibras vagales producía una inmediata bradicardia en el corazón inervado. Con unos segundos de retraso se desencadenaba una respuesta similar en el corazón aceptor.


Créditos. Dr. Guillermo Di Girólamo/Centro Blas Pascal I+DTE

2. Cuando el estímulo eléctrico desaparecía se observaba una inmediata recuperación de la frecuencia cardíaca en el corazón inervado. Con unos segundos de retraso el corazón aceptor también recuperaba la frecuencia basal.


Créditos. Dr. Guillermo Di Girólamo/Centro Blas Pascal I+DTE

El experimento: conclusiones

Si la única comunicación entre ambos corazones era el líquido nutricio que pasaba del corazón inervado al no inervado, las respuestas observadas en este órgano sólo podrían ser atribuidas a alguna sustancia química liberada por el nervio vago cuando era estimulado eléctricamente.

Este hallazgo confirmó la naturaleza química de la neurotransmisión.

Estudios posteriores revelaron que el mediador involucrado era la acetilcolina.